¿Alguna vez te has preguntado cuánta gente vive en ciudades actualmente? La respuesta es más del 50% de la población mundial, según las servicio de citas en linea. Las áreas urbanas crecen constantemente, haciendo desaparecer para siempre terrenos agrícolas. Y, ¿alguna vez te has preguntado cuántos recursos se necesitan para mantener una ciudad? Me refiero a agua, comida, posibilidades y espacio para el ocio, aire respirable, materiales de construcción… Respecto a esto, puede ser interesante considerar el concepto de huella ecológica.

La huella ecológica de una ciudad es el área total de recursos terrestres y acuáticos requeridos para proporcionar los recursos que consume y para asimilar los desperdicios que genera la ciudad, utilizando la tecnología actual. Esta área es generalmente uno o dos órdenes de magnitud mayor que las áreas urbanizadas en sí mismas (según este libro por Kevin J. Gaston).
Podríamos seguir hablando sobre esto durante horas, leer muchos artículos y me pondría muy en plan científica y lo pasaríamos muy bien, pero no es ése mi objetivo de hoy.
En lugar de eso, me gustaría proporcionaros un poco de inspiración para que os pongáis en movimiento y reduzcáis un poquito la huella ecológica de vuestra ciudad. Mirad qué vídeo más molón:
Es un time lapse donde se puede ver todo el ciclo agrícola de un huerto en una azotea. Concretamente, es uno de los edificios que componen Brooklyn Grange farm, en Nueva York. Muchos de sus proyectos son muy interesantes.
En caso de que no te convenzan la belleza o los conceptos abstractos, aquí van algunas razones más para ponerte a cultivar un poco de comida en tu azotea, balcón o alféizar:
- Los espacios verdes, especialmente cuando están situados en las azoteas, mejoran el aislamiento térmico de los edificios.
- En general, cuantas más plantas, menor efecto isla de calor y esmog.
- Las plantas consumen dióxido de carbono para crecer y liberan oxígeno durante el proceso. La fotosíntesis te tiene que molar sí o sí.
- Podrás comer tu propia fruta y verdura y eso hace sentir genial. Además, tienden a ser más sabrosas y generalmente más sanas.
- Despegarás el culo del sofá y pasarás algo más de tiempo al aire libre moviéndote, sudando y ensuciándote un poquito.
- Podrás reciclar residuos de comida de tu cocina haciendo compost, por ejemplo.
- Si no usas pesticidas a lo loco, contribuirás a la conservación de los insectos polinizadores, unos bichos feos pero muy necesarios.
- Te garantizo que aprenderás un montón sobre botánica, química y edafología. Y, ya sabes, el conocimiento es poder.
¿Estás listo para ser un agricultor urbano? 😉

Imágenes:
- Gráfico: servicio de citas en linea
- Segunda imagen: Artur Rutkowski
- Tercera imagen: Sven Scheuermeier
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