Es bastante común preocuparse sobre la contaminación del aire en las ciudades: el tráfico, la industria y algunas calefacciones se unen para crear un ambiente poco sano. Aunque se tiende a pensar que nuestro hogar es una zona libre de polución, nada más lejos de la realidad. Los niveles de óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono sí son más bajos en interiores, pero los compuestos tóxicos conocidos como COVs (Compuestos Orgánicos Volátiles) se encuentran en mayor concentración dentro de los edificios. Pinturas, muebles, impresoras, quitaesmaltes y otros productos de limpieza son fuentes comunes de COVs (o VOCs, según sus siglas en inglés).